Visitas

lunes, 29 de agosto de 2022

Busca siempre belleza

Decía Pablo Neruda que la poesía no es de quien la escribe sino de quien la necesita. Me permito trasladarlo a la escritura, porque necesito volver aquí, sentirme azul, volar de nuevo.

Será que he descuidado mis particulares búsquedas, mis momentos de hermosa soledad. Será que últimamente mis errores parecen ser unos compañeros de camino con los que no contaba, o será que me falta abrir más las ventanas de mi corazón para mostrar que aún sigue latiendo.

Escribir es siempre bello, al igual que leer. 

Y he querido que esta fuera mi primera búsqueda, mi nuevo punto de partida.

Porque es en los momentos de oscuridad cuando siento la necesidad de aferrarme a lo bello, de buscar algo de aire fresco que me permita respirar en el hogar de un ahogo para el que a veces no encuentro otra ventana que no sea este rincón azul..

“Por si alguna vez pierdes el rumbo,

vuelve a las canciones 

dentro de la piel..

Vuelve

a donde una vez estuviste

ya no sabes volver

Vuelve

al sentimiento 

que te enseñó quien serías”

(Silvi Orion)

 

“Buscad la belleza siempre que podáis. Dentro de las personas, en los libros, las canciones, las películas, las relaciones…Es lo único que puede compensar la fealdad generalizada en la que estamos instalados.” (Marwan, 1979)

 


 

 

 

lunes, 30 de mayo de 2022

Volveré a cantarte.

Si tú quieres Madre mía, volveré a cantarte. Y lo haré con la voz que nunca creí que retornara de un silencio melancólico y gris impuesto por la lejanía y la soledad que ha envuelto mi corazón todos estos años.

Volveré a cantarte. Y lo haré de la mano de quien sé que no dejará que nada vuelva a alejarme de tí. Porque él lleva tu mirada en sus ojos y en su noble corazón almonteño.

Tú lo elegiste para mí aún sabiendo de mi alma exigente. Aun sabiendo que a un corazón paciente y sosegado como el mío le costaría volver a elevar la mirada para buscar en otros ojos hasta encontrarte a ti.

Cómo me enamora tu amor de Madre. Cómo has conseguido mantener viva esta ilusión que ya sentía desde niña. Cómo no me has dejado caer cuando apenas sin aliento, entre lágrimas, me despedía de ti esos jueves por la mañana oyéndote alejarte en carreta de plata.

Tu amor es la respuesta de todo. Me emociona imaginar que has querido tenerme de tu mano siempre, tenerme lo más cerca de ti hasta traerme a la tierra de tus amores. Que has querido que mi vida seas tú quien la ilumine y la guíe.

Y recorrer mi vida es encontrarte a ti en todos los momentos.

Gracias Madre porque atendiste a esta niña que te pedía no dejar de verte nunca. Porque después de perder, solo me quedaba el abrigo de la esperanza de encontrarte a ti de nuevo, de volver a cantarte.

Si tu quieres Madre mía, volveré a cantarte. 

 

(Procesión de la Virgen por Almonte, 22 de mayo 2022)

 

 

 

domingo, 23 de mayo de 2021

Mis desvelos


Llegaste.

Para ser el motivo de mis desvelos. El motivo de volver a viajar a este mundo azul donde busco en la escritura lo que no encuentro en las palabras de mi boca. Ha pasado mucho tiempo, y esta lejanía es la que me devuelve el amargo vértigo y los miedos de la niñez, los que viven de nuestros momentos de soledad.

Mereces todos mis desvelos. Todas las noches ausentes de un sueño que no necesito, pues tú lo haces real. Has agitado este corazón que parecía siempre de vacaciones y te has adueñado, sin buscarlo, sin ni tú saberlo, de la intimidad de mis pensamientos desmontando mi voluntad de hielo.

Unas horas contigo han valido más que diez años de una eterna primavera que parecía no querer nunca dar paso al sol del verano.

Mereces todos mis desvelos. El cansancio hasta agotarme de pensar solo en ti. Los escalofríos, las mariposas, la falta de aliento, la vuelta al lugar de las flores, de las caricias en la piel, del deseo.

Llegaste.

Para merecer todos mis desvelos. Porque no dejarme dormir es la mejor forma de amar.

Y quien ama, vivirá siempre. 



viernes, 29 de noviembre de 2019

En contra.

Sigo preguntándome el por qué de mi afición, casi obsesión, de tomar el primer café leyendo la prensa diaria. Cómo puedo seguir queriendo ocupar parte de mis silencios a leer líneas y líneas de una pretendida realidad que cada vez está más manipulada, cuando no absolutamente inventada. Cómo buscar formación e información si rara vez contienen algo de realidad, si por el contrario la mayoría de las noticias están torpemente manipuladas en pro de cualquier objetivo barato. A pesar de ello presiento que nada va a disuadir esta búsqueda que aún aspiro sea esperanzada. 

Como la de estos últimos meses que me lleva indefectiblemente a la situación política. A analizar lo que leo, lo que veo, la saturación de noticias, de reacciones, de comunicados....a cuál más carente de sentido, a cual más alejado de lo que entiendo deberían transmitirnos unos dirigentes en pleno SXXI. No puedo más que reconocer que el futuro se torna desalentador..


Cómo es posible que cada vez exista un mayor porcentaje de la sociedad que apuesta por partidos claramente antisociales. Por partidos inventados, dibujados con el único fin de que sus componentes alcancen poder y gloria. Partidos donde poco o nada importa el lado humano y emocional de la vida, justo lo que debería mover y motivar a cualquier gobierno, el bienestar y la felicidad de aquellos a los que representan. Cómo puede importar más una bandera, una lengua, un papel, una cansina e inútil oposición y réplica ...que la propia vida? Cómo puede alguien apoyar a un partido tan solo porque defienda algo tan inmaterial como es un país. Dónde quedan las personas? Cómo explicar a los que se han quedado para siempre sin madre, sin hija, sin esa amiga confidente, sin esa compañera con la que compartir un café
, tantas que ya no vivirán...qué más da España, qué más da cualquier país, qué más me daría todo si asesinaran a mi hija, o a mi madre....puedo asegurar que no me importaría absolutamente NADA. 

Que se queden con TODO, con la bandera, con el poder, con el oxidado pasado, con las estiradas formas, son su repelente razón....pero que resuciten a la mamá de todos los que no tendrán quien les acaricie como solo sabe acariciar una madre, que les devuelvan todos esos besos que ya no podrán dar jamás, que les paren un llanto que cegará sus ganas de reír. 

Aunque siga sonando a tópico, estamos tristemente perdiendo el norte, y el sentido común.....

...y con ello el corazón.



lunes, 26 de agosto de 2019

Caos.


He necesitado tocar fondo para volver a escribir, sentirme agotada, con los pensamientos usados y las ganas mal empeñadas a cambio de un sorbo de agua que me aliviara los años de camino.

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez contigo, folio en blanco y alma desnuda, ganas de vivir y expresar, de conocer, de conocerme, de encontrar no sé dónde lo que no encuentro en lo que nos hacen llamar realidad.

Y de nuevo una frase inspiradora, unas palabras suficientes para despertarme, para admitir mi curiosidad hacia lo que desconozco, hacia lo que nunca he sido, hacia lo que no he querido dar lugar ni tiempo en mi ordenada y controlada existencia.

Tal vez sea el momento de dejar las preguntas sin respuesta, de dejar de buscar un motivo o una excusa, de dejar pasar dentro cuando llamen a la puerta, de conocer y reconocer más allá de lo que ya entiendo como mío, de arriesgar, de probar, de dar infinitas oportunidades a los trenes con retraso.

Solo así volverá el caos que nunca me he permitido tener, el desorden que hace que el invierno se vuelva primavera y la sal caramelo; las sorpresas que avivan el nerviosismo, y la impaciencia que agitan el corazón hasta hacerlo palpitar sin orden ni conciencia.

Ya sé que es lo que necesito, lo que quisiera en mi vida, caos.

No quiero coincidencias, ni hacer lo que toca, ni estar donde todos esperan. Quiero saltar al otro lado de las vías, comenzar  una nueva escalada a una nueva cima, apostar una y mil veces, tener miedo, dejar por una vez de conducir el barco para sentarme en la orilla y dejarme salpicar por las olas…

Ya sé que es lo que necesito, lo que quisiera en mi vida, caos.


“Qué vida tan civilizada llevamos. Tan correcta, tan controlada. Todo en orden y a salvo, todo en su lugar. Ahí estamos, mejoramos, ordenamos. Y casi nos lo creemos”

(Robert Drewe, 1943)

miércoles, 9 de agosto de 2017

Pasajeros.



A veces tengo la sensación de que la vida no es más que un viaje, sin duda el más maravilloso de los trayectos, pero al fin y al cabo, con un punto de partida, un incierto recorrido y un ineludible final. Poco tiene que ver con esas historias que uno imagina describir a medida en sus sueños, ni con la trama de las novelas cuyo desenlace se adecua a los deseos del escritor, a veces incluso con edulcorados finales ideados al capricho de sus lectores.

La vida es más bien un trayecto, un camino que presupongo preestablecido para cada uno de nosotros y que recorremos con mayor o menor acierto entre éxitos y tropiezos. Un viaje en el que apenas podemos evitar saltarnos alguna parada indeseada y en el que con demasiada frecuencia nos vemos empujados a transitar por calles desconocidas, solitarias y que se nos traducen repletas de inseguridades y temores.

Pero así son los viajes. Porque viajar es solo presente. Ni pasado, que rápidamente dejamos atrás; ni futuro, que siempre se torna incierto, imprevisible e inalcanzable a nuestros ojos. Así son, hermosos, llenos de magia. Los viajes siempre son especiales, nos permite recorrer lugares maravillosos, vivir experiencias que agitan de inigualable manera nuestros sentimientos y nos avivan el alma haciéndonos sentir vivos.

Y no hay mejor viaje que el que conforma nuestra propia vida. Es el que nos regala el privilegio de encontrarnos con nuevos pasajeros cada día, de poder compartir con ellos nuestra particular experiencia vital desde la libertar que nos confiere nuestro propio ser. Compañeros de viaje que, desde la alegría o desde el dolor, acaban por aportarnos parte ellos mismos, de su esencia. Jamás seríamos lo que somos si obviáramos todo lo que hemos vivido, sentido y compartido con  cada uno de ellos.

Algunos se subirán en la primera parada y permanecerán todo el trayecto con nosotros. Otros sin embargo, apenas si permanecerán el tiempo suficiente como para retenerlos para siempre en nuestro recuerdo.

De cualquier forma, no deberíamos lamentarnos ni sentir tristeza cuando alguno de estos  pasajeros acaba por apearse de forma inesperada de nuestro vagón. Así son los viajes. Así es la vida. Un trayecto.  Solo hay que sentarse lo más cerca de la ventana y disfrutar de los paisajes, de la compañía, dejarse llevar por el sonido del viento, por las caricias de los rayos de sol cada mañana, por el sabor de los besos, por el deseo que se esconde en cada mirada…

Así nos será más fácil aceptar la incertidumbre implícita en todo viaje y disfrutar al máximo de cada segundo del recorrido. No nos lamentemos por ello, porque sin esta capacidad de sorprendernos jamás sería la vida tan hermosa.


 (Frida Kahlo, El Camión, 1929)