Casualmente pasé la tarde del
último domingo lluvioso intentando entretenerme con una de esas intrascendentes
películas de sobremesa. Admito que casi lo consigo. Lo que sí conseguí fue memorizar
una de sus frases, “…cada mujer tiene la
vida amorosa que desea…”.
Aun lo dudo. Bastaría entonces
con tomar decisiones que nos acercaran a lo que deseamos o que, tal vez, nos
alejaran de aquello (aquel) que no deseamos. Así dejaríamos de sufrir por amor.
Parece hasta sencillo.
Supongo que para llegar a desear con libertad, primero habría que
revisar nuestras propias capacidades para poder hacerlo. Valiosas capacidades
que solo logramos ver cuando alcanzamos un mínimo estado de equilibrio
emocional. Cuando empezamos por uno mismo. Resulta verdaderamente imposible
gestionar nuestros sentimientos, y con ello nuestros deseos, si actuamos desde
el desconocimiento y el caos emocional.
Por el contrario, qué fácil
resulta desear, y con ello amar, cuando la predisposición personal es máxima.
Cuando la plenitud de tus facultades emocionales te sitúan en un estado de
satisfacción y energía privilegiados. Cuando consigues ver incluso lo que los
demás no te muestran. Cuando las ganas desdibujan cualquier duda o temor momentáneos.
Cuando la alegría acompaña la satisfacción personal por cada esfuerzo realizado.
Es maravilloso, un estado de plenitud que llega a impulsar incluso nuestra
capacidad creativa. Que da alas a nuestros sueños, a nuestros más impensables deseos.
Creo que últimamente estoy
reflexionando con demasiada frecuencia sobre el amor y los enamoramientos.
Quizás esto no sea más que una consecuencia de lo que opino sobre las
excelencias del AMOR. Siempre en el más amplio sentido de la palabra, claro.
No sé si debería empezar a
preocuparme…
“…cada mujer tiene la vida amorosa que desea…”. (“El día de la boda”, Clare Kilner, 2005)
Preocuparte!...nada más lejos! Con ese amor...no te alejes nunca de mi! Te adoro! Y ... te amo!...en el sentido más amplio e inmenso de la palabra!
ResponderEliminarMientras más leo este texto, más me gusta.
ResponderEliminarHOY DESPUES DE UN AÑO DE ESTA PUBLICACION, VUELVO A RE-LEER.
ResponderEliminarQUE REFLEXION TAN SABIA Y QUE BIEN EXPRESADA.
FELICIDADES NATI, SIGUE ADELANTE Y SIEMPRE, MAS Y MAS. NO TE PONGAS LIMITES NUNCA.