Visitas

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Felicidades.

Se que ayer casi no pude verte, y que ni siquiera el contrariado día me permitió poder felicitarte como mi corazón hubiera deseado.

Anoche pasé bastante rato pensando con qué poder sorprenderte, y nada me parecía suficiente para mostrar y agradecer la gran amistad que se que me confías. Así que he decidido obsequiarte con algo que se que a tí, mi amiga querida, tanto te gusta. He aquí mi regalo. Mis humildes palabras dedicadas a tí; inmensa, capaz, única.

Porque cada día me siguen sorprendiendo tus infinitas capacidades y tu eterna ilusión por vivir!

Ojalá el tiempo me permita, hoy y siempre, seguir aprendiendo e impregnándome de esa contagiosa pasión que te desborda y que nos inunda a todos con tu ser.

A tí, mi gran amiga..
Sabes que te quiero.