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lunes, 30 de mayo de 2022

Volveré a cantarte.

Si tú quieres Madre mía, volveré a cantarte. Y lo haré con la voz que nunca creí que retornara de un silencio melancólico y gris impuesto por la lejanía y la soledad que ha envuelto mi corazón todos estos años.

Volveré a cantarte. Y lo haré de la mano de quien sé que no dejará que nada vuelva a alejarme de tí. Porque él lleva tu mirada en sus ojos y en su noble corazón almonteño.

Tú lo elegiste para mí aún sabiendo de mi alma exigente. Aun sabiendo que a un corazón paciente y sosegado como el mío le costaría volver a elevar la mirada para buscar en otros ojos hasta encontrarte a ti.

Cómo me enamora tu amor de Madre. Cómo has conseguido mantener viva esta ilusión que ya sentía desde niña. Cómo no me has dejado caer cuando apenas sin aliento, entre lágrimas, me despedía de ti esos jueves por la mañana oyéndote alejarte en carreta de plata.

Tu amor es la respuesta de todo. Me emociona imaginar que has querido tenerme de tu mano siempre, tenerme lo más cerca de ti hasta traerme a la tierra de tus amores. Que has querido que mi vida seas tú quien la ilumine y la guíe.

Y recorrer mi vida es encontrarte a ti en todos los momentos.

Gracias Madre porque atendiste a esta niña que te pedía no dejar de verte nunca. Porque después de perder, solo me quedaba el abrigo de la esperanza de encontrarte a ti de nuevo, de volver a cantarte.

Si tu quieres Madre mía, volveré a cantarte. 

 

(Procesión de la Virgen por Almonte, 22 de mayo 2022)