Visitas

lunes, 30 de diciembre de 2013

Las lágrimas de ella



Había algo más, siempre hay algo más.  

Seguramente sea esto lo que me ha convertido en una entusiasta defensora y comunicadora del crecimiento personal y emocional. Por la magia con la que te sorprende cada día. Porque cuando crees haber alcanzado el objetivo marcado, cuando piensas haber llegado a la cima, al lugar definido, a ese estado de equilibrio del que tantas veces nos hablan, a ese destino donde dirigir cada día tus sueños.., siempre descubres algo nuevo en ti. Algo que llega a sorprenderte de una forma desmedida. Aquello que te hace demostrar que el crecimiento y el aprendizaje son por definición infinitos.

Hace tan solo unos días, a través de unas hermosas palabras que casualmente alguien me dedicó, tuve la oportunidad de descubrir y experimentar ese algo más.  Una emoción tan profunda que me hizo enmudecer, que palideció mi rostro y humedeció mis ojos. Un escenario donde me mostré tan frágil y vulnerable como fuerte me hizo el recuerdo de las  emociones cultivadas a lo largo de los últimos años.

El ser capaz de reconocerme dentro de ese mar que inundó momentáneamente mis emociones, me hizo sentir privilegiada, única, singular, en definitiva, desconocida antes para mi.

Admito que aún sigo fascinada por esa respuesta que se tornó tan espontánea como inesperada. Tan mágica como inolvidable. Espero que para todos..


Por haberme removido el camino hasta sacar algo más de mí…(gracias, fde)



Volver a aburrirme

Es difícil encontrar hoy en día a personas que simplemente, no quieran enamorarse. Me estoy empezando a identificar dentro de esa minoría, más aún después de leer hace poco, cómo el profesor Stephen Grosz (La vida a examen, EPS22dic) definía el enamoramiento como un estado de regresión. Un estado que llega a causarnos pérdida de libertad mental e insatisfacción por uno mismo. 

Seguramente es así, aunque sea de las afirmaciones imposibles de asimilar cuando creemos estar enamorados. Cuando lo único que anhelamos son las muestras de afecto incondicional por parte de la pareja. Cuando la simple idea de que el amor se acabe, nos resulta insoportable y nos impulsa a no querer aceptar la realidad para así no tener que asumir la implícita soledad. 

Si tan sólo fuéramos capaces de apreciar el infinito valor de esa soledad, si conociéramos su utilidad como una de las mayores formas de motivación, indefectiblemente, nuestro miedo al fracaso, a la ruptura, dejarían de contaminar la manera en la que sentimos y vivimos el amor y con ello, a nuestros enamoramientos.

Quizás lo que quiero sea volver a aburrirme..



"…enamoramiento como la parte excitante del principio y que el amor real es la parte aburrida que viene después…” (Wendy Cope)



martes, 17 de diciembre de 2013

Lo importante es amar..


Hace poco atendí a una reflexión acerca de la tendencia actual que nos educa e impulsa a sumar y sumar, a progresar constantemente casi de forma inconsciente hasta el infinito. Una tendencia donde parece que nunca nada es suficiente, donde parece que la felicidad es una meta que nos espera al final de un camino en el que vamos acumulando cosas, la mayoría innecesarias, como única forma de conseguir alcanzar nuestro objetivo... Queremos cada día tener más dinero, ser más guapos, tener más amigos, más éxito, una pareja perfecta, unos hijos adorables, el mejor coche, una casa propia y mimosamente decorada, una familia generosa…resulta agotador. Así es imposible no sentirse constantemente “distraído”, y así, igualmente imposible apreciar lo verdaderamente valioso de todo y de todos, incluso de nosotros mismos…por tanto, de ser felices.

Creo que si probáramos con frecuencia a quedarnos únicamente con lo bueno que hay a nuestro alrededor (incluso cuando no lo vemos), si probáramos a dedicar gran parte de nuestras palabras a agradecer la existencia de los demás, a poner en valor sus virtudes y sobre todo a hacérselo saber y sentir… todo sería extraordinariamente diferente!

Porque si lo pensamos, no hay nada que supere el hecho de amar y sentirse amado… Porque solo al amar compartimos nuestra vida, nuestro camino, todo lo que somos.. Porque nada tendría sentido, ni la familia, ni la pareja, ni la amistad…, si no les dedicamos todo nuestro corazón, si no los amamos cada minuto de nuestra vida..

No gastemos el regalo que es nuestra hermosa existencia en llegar a un destino que realmente solo se representa en el teatro de nuestros pensamientos…No nos ceguemos al pretender “ver” siempre algo más, porque lo que tenemos y lo que somos nunca nos parece suficiente…

Es desbordante saber que todos tenemos un corazón infinito con el que poder amar con generosidad a los demás...

Así de sencillo, tan solo amar, amar y amar…



martes, 3 de diciembre de 2013

Aceptación incondicional..


Estoy empezando a confiar en las coincidencias que nos regala nuestro día a día…

Desde hace tiempo deseaba escribir, y con ello reflexionar, entre otros temas, sobre uno de los fundamentos que posibilitan todo crecimiento personal y sobre la magia que reside en todo proceso de cambio. Necesitaba tratar de explicar lo que puedes llegar a sentir cuando a través de la aceptación incondicional, alcanzas ver la realidad y la vida desde un nuevo horizonte. Cuando creemos de una forma convencida, que todos los que nos rodean poseen bondad y merecen nuestro respeto y aceptación por el simple hecho de ser personas, entendiendo que sus malos actos son solo fruto de momentos de confusión y de una especie de “transitoria locura” que nosotros mismos hubiéramos experimentado si nuestras circunstancias hubieran sido idénticas..

Entenderéis que no he podido más que recurrir sin excusas al papel, más aún después de oír hace unos días una entrevista en la que se hablaba de la figura de Gandhi como unos de los más valorados ejemplos de lo que se puede llegar a lograr a través de esa aceptación y amor incondicional a los demás...En ella se explicaba casualmente, cómo fue capaz de lograr la independencia de la India, en una época convulsa, de una forma admirablemente pacífica... Gandhi defendía ese amor incondicional, a todos y a pesar de todo. A pesar de las circunstancias negativas amaba y valoraba a su “enemigo”, y así se lo hacía saber pacientemente una y otra vez. Sólo así llegó a conseguir la aceptación recíproca y con ello, su generoso objetivo.

Admito que conseguir esto es complejo y difícil, pero al mismo tiempo alcanzable por todos.. Todos deberíamos esforzarnos por trabajar nuestra conducta, nuestra actitud, nuestros pensamientos…deberíamos tener al menos alguna vez la inquietud de intentar experimentar vivir la vida bajo este prisma, querer relacionarnos bajo este lenguaje que tanto nos merecería la pena…

Cada día estoy más convencida de que es esto precisamente lo que nos hace libres y lo que nos posibilita sentirnos plenos…Con nada he sentido mayor felicidad que cuando he logrado seguir “amando”, seguir “aceptando”… a pesar de hacerlo a contra corriente y ante un camino plagado de dificultades…

Sé que nada me ha hecho más libre, se que con nada seré tan feliz…