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lunes, 30 de diciembre de 2013

Las lágrimas de ella



Había algo más, siempre hay algo más.  

Seguramente sea esto lo que me ha convertido en una entusiasta defensora y comunicadora del crecimiento personal y emocional. Por la magia con la que te sorprende cada día. Porque cuando crees haber alcanzado el objetivo marcado, cuando piensas haber llegado a la cima, al lugar definido, a ese estado de equilibrio del que tantas veces nos hablan, a ese destino donde dirigir cada día tus sueños.., siempre descubres algo nuevo en ti. Algo que llega a sorprenderte de una forma desmedida. Aquello que te hace demostrar que el crecimiento y el aprendizaje son por definición infinitos.

Hace tan solo unos días, a través de unas hermosas palabras que casualmente alguien me dedicó, tuve la oportunidad de descubrir y experimentar ese algo más.  Una emoción tan profunda que me hizo enmudecer, que palideció mi rostro y humedeció mis ojos. Un escenario donde me mostré tan frágil y vulnerable como fuerte me hizo el recuerdo de las  emociones cultivadas a lo largo de los últimos años.

El ser capaz de reconocerme dentro de ese mar que inundó momentáneamente mis emociones, me hizo sentir privilegiada, única, singular, en definitiva, desconocida antes para mi.

Admito que aún sigo fascinada por esa respuesta que se tornó tan espontánea como inesperada. Tan mágica como inolvidable. Espero que para todos..


Por haberme removido el camino hasta sacar algo más de mí…(gracias, fde)



Volver a aburrirme

Es difícil encontrar hoy en día a personas que simplemente, no quieran enamorarse. Me estoy empezando a identificar dentro de esa minoría, más aún después de leer hace poco, cómo el profesor Stephen Grosz (La vida a examen, EPS22dic) definía el enamoramiento como un estado de regresión. Un estado que llega a causarnos pérdida de libertad mental e insatisfacción por uno mismo. 

Seguramente es así, aunque sea de las afirmaciones imposibles de asimilar cuando creemos estar enamorados. Cuando lo único que anhelamos son las muestras de afecto incondicional por parte de la pareja. Cuando la simple idea de que el amor se acabe, nos resulta insoportable y nos impulsa a no querer aceptar la realidad para así no tener que asumir la implícita soledad. 

Si tan sólo fuéramos capaces de apreciar el infinito valor de esa soledad, si conociéramos su utilidad como una de las mayores formas de motivación, indefectiblemente, nuestro miedo al fracaso, a la ruptura, dejarían de contaminar la manera en la que sentimos y vivimos el amor y con ello, a nuestros enamoramientos.

Quizás lo que quiero sea volver a aburrirme..



"…enamoramiento como la parte excitante del principio y que el amor real es la parte aburrida que viene después…” (Wendy Cope)



martes, 17 de diciembre de 2013

Lo importante es amar..


Hace poco atendí a una reflexión acerca de la tendencia actual que nos educa e impulsa a sumar y sumar, a progresar constantemente casi de forma inconsciente hasta el infinito. Una tendencia donde parece que nunca nada es suficiente, donde parece que la felicidad es una meta que nos espera al final de un camino en el que vamos acumulando cosas, la mayoría innecesarias, como única forma de conseguir alcanzar nuestro objetivo... Queremos cada día tener más dinero, ser más guapos, tener más amigos, más éxito, una pareja perfecta, unos hijos adorables, el mejor coche, una casa propia y mimosamente decorada, una familia generosa…resulta agotador. Así es imposible no sentirse constantemente “distraído”, y así, igualmente imposible apreciar lo verdaderamente valioso de todo y de todos, incluso de nosotros mismos…por tanto, de ser felices.

Creo que si probáramos con frecuencia a quedarnos únicamente con lo bueno que hay a nuestro alrededor (incluso cuando no lo vemos), si probáramos a dedicar gran parte de nuestras palabras a agradecer la existencia de los demás, a poner en valor sus virtudes y sobre todo a hacérselo saber y sentir… todo sería extraordinariamente diferente!

Porque si lo pensamos, no hay nada que supere el hecho de amar y sentirse amado… Porque solo al amar compartimos nuestra vida, nuestro camino, todo lo que somos.. Porque nada tendría sentido, ni la familia, ni la pareja, ni la amistad…, si no les dedicamos todo nuestro corazón, si no los amamos cada minuto de nuestra vida..

No gastemos el regalo que es nuestra hermosa existencia en llegar a un destino que realmente solo se representa en el teatro de nuestros pensamientos…No nos ceguemos al pretender “ver” siempre algo más, porque lo que tenemos y lo que somos nunca nos parece suficiente…

Es desbordante saber que todos tenemos un corazón infinito con el que poder amar con generosidad a los demás...

Así de sencillo, tan solo amar, amar y amar…



martes, 3 de diciembre de 2013

Aceptación incondicional..


Estoy empezando a confiar en las coincidencias que nos regala nuestro día a día…

Desde hace tiempo deseaba escribir, y con ello reflexionar, entre otros temas, sobre uno de los fundamentos que posibilitan todo crecimiento personal y sobre la magia que reside en todo proceso de cambio. Necesitaba tratar de explicar lo que puedes llegar a sentir cuando a través de la aceptación incondicional, alcanzas ver la realidad y la vida desde un nuevo horizonte. Cuando creemos de una forma convencida, que todos los que nos rodean poseen bondad y merecen nuestro respeto y aceptación por el simple hecho de ser personas, entendiendo que sus malos actos son solo fruto de momentos de confusión y de una especie de “transitoria locura” que nosotros mismos hubiéramos experimentado si nuestras circunstancias hubieran sido idénticas..

Entenderéis que no he podido más que recurrir sin excusas al papel, más aún después de oír hace unos días una entrevista en la que se hablaba de la figura de Gandhi como unos de los más valorados ejemplos de lo que se puede llegar a lograr a través de esa aceptación y amor incondicional a los demás...En ella se explicaba casualmente, cómo fue capaz de lograr la independencia de la India, en una época convulsa, de una forma admirablemente pacífica... Gandhi defendía ese amor incondicional, a todos y a pesar de todo. A pesar de las circunstancias negativas amaba y valoraba a su “enemigo”, y así se lo hacía saber pacientemente una y otra vez. Sólo así llegó a conseguir la aceptación recíproca y con ello, su generoso objetivo.

Admito que conseguir esto es complejo y difícil, pero al mismo tiempo alcanzable por todos.. Todos deberíamos esforzarnos por trabajar nuestra conducta, nuestra actitud, nuestros pensamientos…deberíamos tener al menos alguna vez la inquietud de intentar experimentar vivir la vida bajo este prisma, querer relacionarnos bajo este lenguaje que tanto nos merecería la pena…

Cada día estoy más convencida de que es esto precisamente lo que nos hace libres y lo que nos posibilita sentirnos plenos…Con nada he sentido mayor felicidad que cuando he logrado seguir “amando”, seguir “aceptando”… a pesar de hacerlo a contra corriente y ante un camino plagado de dificultades…

Sé que nada me ha hecho más libre, se que con nada seré tan feliz…




martes, 22 de octubre de 2013

El poder de las pequeñeces acumuladas…


No puedo estar más de acuerdo con uno de los últimos artículos que he leído… (El Poder de lo pequeño, Raimón Samsó, 20  oct 2013 EPS).

El autor trata de argumentar cómo son precisamente nuestras pequeñas elecciones, esas que se acumulan día tras día y componen nuestra rutina, las que marcan una gran diferencia en nuestra conducta y nos impulsan a conseguir grandes logros… Sin duda, lo que más me ha fascinado del artículo es cómo a través de una visión positiva de la constancia y de una puesta en valor de la motivación como combustible mental, el autor consigue reivindicar el tan malogrado valor de la rutina.

No recuerdo desde cuando la constancia y la rutina llevan acompañándome y definiendo mi conducta. Incluso en las etapas más joviales de la vida, donde todo parece querer revelarse empujándonos hacia una justificada y coloquial indisciplina, nunca he conseguido alejarme de ellas, nunca han conseguido adentrarme en el desorden propio de esos años donde no hay reglas y en los que parece valer todo…

Tal vez desde la excusa fácil y la osadía de quién se cree ubicado en el camino correcto,  he intentado siempre convertir la defensa de estos valores en parte de la identidad que define mi actitud. Supongo que porque nunca me ha costado “defender” aquello que me identifica, aquello que soy.., incluso a pesar del efecto que a contracorriente parece impulsarnos a descolocar de vez en cuando nuestras vidas como una especie de cautelosa preparación..(no sé para qué…)

Desde aquí me presento como la más fiel defensora de una vida coloreada por la constancia, una vida pautada, pausada… dibujada por los extraordinarios hábitos que nos acercan cada día a la felicidad de lo más sencillo…, por unas conductas elegidas y definidas desde la riqueza emocional, unas costumbres constantes que nos ofrecerán conseguir todo aquello que nos propongamos…








miércoles, 2 de octubre de 2013

Mujer del Renacimiento..

Curiosamente hace unos días, alguien muy especial para mí me comentó…”..vaya, te estás convirtiendo en una Mujer del Renacimiento…”. Y aunque a priori estas palabras tal vez no parezcan el mejor “regalo” que se podría hacer a los oídos de cualquier mujer, se convirtieron en unas de las más hermosas que me han dicho jamás…
 
No puedo negar que en el momento de necesidad creativa y crecimiento personal en el que afortunadamente me encuentro, poder oír esto, poder mostrarme y que me vean de esa manera, es una gran satisfacción para mí.

Siempre nos dicen, no decimos, que nuestro comportamiento debe de ser coherente con lo que somos, con lo que pensamos, con lo que sentimos…nuestra vida ha de ir en todo momento hacia el camino personal que cada uno voluntariamente decide recorrer… Nuestra actitud, nuestras palabras, nuestras miradas.. deberían ser fácilmente identificables por la gente que nos rodea, por los que nos conocen y por los que, sobre todo, más nos quieren…Pero esto no resulta a veces fácil y en demasiadas ocasiones nos dejamos llevar por circunstancias, por intereses que llegan a confundirnos el camino…

Tal vez por ello me esfuerzo en valorar con admiración a aquellas personas que son reconocibles siempre, ante cualquier realidad, en cualquier escenario de sus vidas, incluso con independencia del nivel de relación que se tenga con ellas. Esas que no te hacen sentir nunca una sorprendente decepción por una respuesta no esperada o un comportamiento inconsecuente..

Me alegra seguir siendo capaz de mostrarme a los demás tal como soy, y sobre todo, que hayan podido reconocer, a través de mis nuevas inquietudes, a mi verdadero yo…

(Cristina, bss!)


Si una mujer tiene la capacidad de leer y escribir bien, automáticamente adquiere un status único por su condición, no importa si se trata de una dama o de una cortesana (cfr. Servadio, 2007: 30)




jueves, 26 de septiembre de 2013

Me niego..

Muchos entenderán que quizás no sea el momento idóneo para hablar sobre las virtudes y los beneficios que conlleva poder ejercer una profesión que sin más, te haga feliz…

Prefiero unirme a los que defienden que es precisamente en estos momentos críticos, cuándo de una forma más concienzuda hay que intentar alentar nuestro lado más positivo y creativo, cuando más firmemente hay que poner el corazón y la ilusión en todo lo que hacemos..

Es cierto que tengo la inmensa fortuna, como así lo admito cada vez que tengo la oportunidad, de poder ejercer la profesión que desde muy pequeña me ha apasionado, la arquitectura. Lo que también es cierto es que precisamente esta profesión quizás sea una de las que se encuentre en uno de sus periodos más difíciles de los últimos tiempos.. Algunos afirman que nada volverá a ser como antes, la manipulación y especulación que de forma tan abusiva se ha ejercido sobre el sector han desviado el camino hacia un punto final, tal vez de no retorno…

Pero insisto, me niego a dejarme llevar por el decaimiento, por la desgana que produce ojear hoy en día la prensa, por la indignación que despierta atender a cualquiera de las infinitas conversaciones matutinas llenas de pesimismo y lo que es peor, carentes de esperanza…

Prefiero aferrarme a la fortuna que encuentro en mi día a día, en lo que hago, en esos pequeños proyectos (o grandes...da igual), en la creatividad que me invitan a desarrollar, en la pasión creciente con la que me contagian, en esa voluntad que despierta mi esfuerzo por intentar conseguir finalmente las cosas con las que sueño…


…porque si dedicamos toda nuestra ilusión y todo nuestro amor a lo que hacemos, sea lo que sea, el resultado obtenido indefectiblemente mejorará lo esperado…



viernes, 20 de septiembre de 2013

Compartir y vivir..


Ayer en una de las agradecidas y esperadas intervenciones de Eduardo Punset, al cual sigo con un desmesurado interés desde hace ya algún tiempo, extraje una de sus maravillosas frases, bueno, más bien un consejo como él mismo lo denominó… “...mejor un amigo que un fármaco…”

Esta frase me hizo recordar el verdadero Poder que tienen las relaciones sociales y los amigos en nuestra vida, en nuestra felicidad... Esa generosa influencia que ejercen sobre nosotros, sobre la toma de decisiones y sobre la actitud con la que enfocamos nuestro día a día…

Me cuesta entender que se pueda vivir sin querer necesitar a los demás… A veces pienso que la gente que defiende vivir una vida “en soledad” o de una forma más independiente y alejada del resto quizás sea porque se imaginan incapaces de cambiar su realidad, de luchar por conseguir modificar sus conductas, no lo ven posible y en consecuencia no lo creen necesario. Justifican y defienden ese otro tipo de vida como buena, como sana, como normal, como válida guiados por una especie de “falsa comodidad”, de falta de ganas por intentar cambiar sin evitar caer en el “yo soy así”… como aquellos fumadores que se pasan toda la vida intentando convencerte de que fumar no es del todo malo…

Lo sé porque yo, lamentablemente, también lo he creído así durante demasiado tiempo en mi vida…

Supongo que como ocurre a menudo, uno solo está totalmente convencido de algo cuando llega a experimentarlo realmente, cuando llega a sentir hasta ser consciente, lo extraordinario que es tener una vida completa y vivirla intensamente compartiéndola con los demás…

Realmente a día de hoy, no veo esto posible sin las relaciones sociales, sin los amigos..No veo posible alcanzar la felicidad cuando precisamente la mayor felicidad reside en el amor que damos y compartimos con los demás, cuando mantengo que con solo relacionarte con la gente de tu entorno consigues alejar todos esos pensamientos negativos que parecen que traemos tristemente de serie, cuando una misma situación puede vivirse de forma infinitamente más positiva y enriquecedora si la compartimos con los demás, cuanto basta una llamada, una sonrisa, una mirada, un compartir algo con alguien…, para que salga el sol en la más invernal de tus mañanas…

Sé que es así, estoy convencida, porque cuando a veces me sigo obcecando en creer lo contrario, mi vida se vuelve tan gris que no encuentro otra justificación a mi infelicidad que la que deriva de mi propio alejamiento


(a ti, mi gran amiga...)








miércoles, 18 de septiembre de 2013

Luz de agosto..

Es esta novela la que distrae últimamente mis anocheceres… y sí, lo reconozco, no he podido esperar a su fin para hablar de ella, de cuánto y de qué sorprendente manera me está fascinando…!!

Lo más increíble, que esta vez y como algo poco habitual, no es la tremenda historia que narra de una vida azotada y desgarradora la que me tiene absorta en su lectura, sino que es la genialidad con la que el autor (hasta ahora desconocido para mi) expone esa historia, lo que me tiene profundamente cautivada…

Cada página la novela se va volviendo más densa, más oscura.., llegaría incluso a pensar que se va tornando a ratos incomprensible para mí…Pero esto carece de importancia, basta con recrearse en la riqueza de sus palabras, en la elegancia de su narrativa para disfrutar de un momento de lectura verdaderamente apasionante… Me fascina la inquietud y admiración que consigue generar en el lector. No me había ocurrido nunca antes. Su lectura me está haciendo disfrutar de la misma forma que se disfruta de un paseo por las salas de Velázquez, donde realmente el “motivo” de sus pinturas se traduce lo más irrelevante, donde lo que nos detiene indiscutiblemente ante ellas es el magnánimo dominio de la técnica como origen de expresión artística…

Supongo que ocurre como en la mayoría de las obras respetables, las cuales consiguen destacarse precisamente a través de remover de una u otra forma la sensibilidad del individuo. Algunas por definirse desde la completa y más absoluta subjetividad y otras, como entiendo en este caso, por la forma en que utilizan el lenguaje (técnica) para narrar sus  historias…

Sirvan estas palabras para expresar mi firme admiración ante los que permiten convertir su genialidad en nuestros momentos de placer… 



lunes, 2 de septiembre de 2013

Mi camino..

Últimamente he estado observando como casi siempre que alguien me pregunta “…qué tal estás…?” siempre suelo contestar con un escueto: “ bien, como siempre…” y un leve movimiento de hombros…

En estos largos días de mi especial verano,  he estado pensando sobre qué es lo  que me lleva a contestar invariablemente así y de forma al menos tan “aparentemente” segura, cuando la verdad es que he tenido y sigo teniendo algunos días malos, (o tal vez  regulares…), cuando hay días en los que parece que no consigo avanzar en mi camino, que no consigo desprenderme del pasado…cuando siento de forma tan profunda la impasible soledad, cuando los recuerdos me muestran su hiriente insistencia… cuando incluso mi entorno, consigue a apreciar y sentir mi espontáneo decaimiento que desemboca indefectiblemente, en una desconcertante,  contagiosa e  insoportable irritabilidad…

Creo que es porque, a pesar de todo, hay algo que me impide autocompadecerme, que me impide mostrarme vulnerable, que me hace esforzarme y trabajar siempre por mantener aquello que yo espero de mí…Es como si luchara por no defraudarme a mí misma, por no caer en todas aquellas cosas que veo negativas, que no me gustan y que sé  que me alejarían rápidamente del camino que define mi vida, el que he elegido, el que me lleva a ser lo que me gusta y por lo que he luchado y sigo haciéndolo siempre de forma tan peculiarmente fiel…Ese autoorgullo, como ya lo definí una vez,  que me permite conservar esa imagen que creo fuerte y constante a la que le debo todo lo que soy…aún más en los malos momentos cuando el camino se vuelve complicado..

Lo que desconozco es si esto es realmente positivo para mí, si esto muestra la certeza del camino elegido, o bien estoy totalmente equivocada…

Es cierto que mis días están ahora llenos de situaciones, pensamientos y actitudes que no hacen más que afianzarme en todo lo que hay de positivo en el cambio experimentado en los últimos tiempos. Cada segundo ilustra lo que es ahora mi vida…cómo ha cambiado la relación con mi familia, con los amigos, en el trabajo…. toda mi vida es ahora singularmente diferente. Se ha colmado de cualidades desconocidas y capacidades totalmente nuevas. Cómo he conseguido vencer mi peculiar pereza para permitirme participar muchísimo más de mis amigos, las veces que he modificado mi negativa y predefinida opinión de los demás por una visión mucho más positiva de ellos…, cuántas veces me he parado, para tomar conciencia de lo maravilloso que es el desempeño de mi profesión y disfrutar cada segundo de todo lo que hago… cuántas he aparcado el rencor para, desde el propio control de mis emociones, poder dar la respuesta más positiva, más inteligente para mí...

Pero ahora que todo esto guía mi vida, ahora que me acerco más que nunca a la definición teórica que siempre nos enseñan de una personalidad saludable, (mi vida es psicológicamente estable, socialmente equilibrada y personalmente completa),  por qué sigo pensando y sintiendo que aún me queda mucho camino por recorrer…?

Sí, ya lo sé: lo mejor está siempre por llegar... yo también lo creo…

Sentirse feliz..


Desde que recientemente he tenido la oportunidad de leer varios artículos relacionados con la felicidad, pensé en compartir aquí unos de mis últimos ejercicios de reflexión, el cual creo está muy relacionado con la manera, casi exclusiva, de conseguir la felicidad a través del voluntario cambio personal...

"...Han pasado muchos días, demasiados...Y este paréntesis ha sido como recorrer, desde la soledad, una larga travesía de reflexión y autoanálisis interior. Seguramente necesitaba este momento, seguramente necesitaba observar mi presente, reconocer mi “nueva vida”, mi nuevo “yo”, esa nueva montaña donde ahora me sitúo y desde la que veo la vida de una forma tan diferente...! Una posición extraordinariamente privilegiada, llena de virtudes y capacidades nuevas desde la cual, poder ser verdaderamente consciente del tremendo cambio experimentado en los últimos años...

Se que esta nueva posición no me protege ni me exime, en ningún momento, de las experiencias más o menos dolorosas por las que he tenido, tengo y seguramente tendré que caminar a lo largo de mi vida... se que siguen estando ahí, y otras llegarán, pero ahora veo que todo es diferente... lo sé porque soy yo la que soy diferente..
Nunca negaré que hay días donde creo no tener fuerzas suficientes, donde el trabajo de lucha por apartar esos pensamientos negativos que apuntalan sólidamente los recuerdos, es realmente agotador, extenuante, me suponen un desorbitado desgaste emocional y mental... Pero ahora sé que solo hay un camino, se que solo desde mi actitud, desde ese mayor conocimiento de mi propio yo en el que ahora me encuentro utilizando mis propios recursos, puedo conseguir superar estos momentos...

Hasta ahora, es como si hubiera estado viviendo desde la ignorancia más absoluta en materia de comportamientos y actitudes emocionales. Desconocía tantas cosas..., de las relaciones sociales, de los lazos familiares, de la amistad, de mí... Desconocía que existe otra manera de vivir, de ser, de afrontar la vida, de relacionarme con los demás... una manera que creo mucho más inteligente, muchísimo más positiva y enriquecedora, en definitiva, una manera mucho más verdadera de ser feliz y de hacer feliz a los demás... 

Lo realmente mágico es que, ha sido precisamente la experiencia más traumática que hasta ahora he tenido que recorrer, la que me ha dado a su vez la posibilidad de experimentar este afortunado y positivo cambio en mí. Sólo desde la soledad y el dolor experimentado, desde ese fondo al que pareces haber caído para siempre, he podido conseguir saltar a este otro lugar, un lugar donde tu actitud ante la vida toma el papel protagonista, donde solo tú decides cómo quieres sentirte, donde tu felicidad sólo depende de ti... A veces me he preguntado, qué hubiera ocurrido si mi vida no hubiera nunca dejado de ser tan lineal y superficialmente feliz como yo creía que era… La respuesta, se que pronto me llevará a la afirmación más firme y convencida de sentirme agradecida por haber pasado por una experiencia tan negativa y dolorosa...”

Aún así, no es fácil tampoco “vivir” aquí... No todo el mundo, entiende este nuevo lenguaje que ahora “hablo”, no todo el mundo distingue y valora los nuevos “colores” con los que ahora pinto mi vida... La mayoría, muestran la mayor de las incredulidades, ni siquiera se permiten la duda sobre la realidad de la transformación personal. La verdad es que creo que siempre seguiré sintiendo ese halo de soledad del que no podré desprenderme jamás, pero al menos ahora es diferente, ahora soy yo la que elige cómo quiero definir y valorar esa soledad...

A veces sueño con el futuro, me ilusiono fácilmente con lo que aún me queda por vivir, me emociona pensar convencidamente que lo mejor de mi vida está aún por llegar... sé que es así, porque aunque vengan los mismos días, las mismas gentes, las mismas situaciones, los mismos problemas e incluso peores... yo ya los veré diferentes, yo haré que sean más bonitos, más positivos y sé que me harán más felices... por eso sé que cada día que amanece puedo conseguir que sea muy especial para mí, a pesar de todo lo que pueda ocurrir..."


Inmunes..

Si algo he aprendido de la última experiencia negativa que me ha tocado vivir, es que nunca somos inmunes en la vida… 

Todos somos susceptibles de que en cualquier momento nos pueda suceder cualquier cosa, desde la más horrible o la más increiblemente maravillosa;  lo que ocurre, es que las maravillosas (que son las que predominan siempre aunque no siempre lo veamos), las presuponemos como lógicas en nuestra vida, mientras que las horribles, las definimos frecuentemente como “injustas”.

Recuerdo que hace poco leí un artículo sobre el atentado de las torres gemelas. En él, un reconocido psicólogo exponía cómo lo que más les estaba costando superar a las víctimas, no era el hecho puntual que vivieron el día de la tragedia (los muertos, el pánico del momento, el caos...), sino que a partir de ese momento, su concepto de vida cambiaría, se dieron cuenta que habían perdido para siempre la inmunidad de la que creían gozar. Ahora tendrían que volver a aprender a vivir desde esta nueva visión… Difícil tarea…


La rehabilitación de "edificios"..

Hace algunos años, casi por azar, tuve la oportunidad de colaborar en la rehabilitación de un singular edificio del casco histórico de una bellísima ciudad…

Aquella vez al igual que ahora, tuve la sensación de que, únicamente a través de nuestra intervención, ese edificio volvería a renacer, volvería a estar dotado no solo de aquello imprescindible para albergar una función, sino que incluso con su rehabilitación, podríamos darle cualidades que de otra forma nunca hubiera tenido y, sin las cuales, nunca hubiera llegado a ser el fantástico edificio que es en la actualidad.

Supongo que cuento todo esto porque, sí, lo admito, siempre es recurrente para mí imaginar en este “mi mundo material” la explicación de todo aquello que siento…

Quizás porque yo misma me identifico con uno uno de esos edificios. Casi por azar, o realmente sin importar demasiado el motivo, (alguien me dijo una vez que eso es siempre lo de menos…), acabamos dentro de un proceso de rehabilitación total, como la única forma de conseguir volver a renacer, de conseguir llenarnos de todo aquello que necesitábamos, de todo aquello imprescindible para ser unas personas completas y vivir una vida plena…!

Qué ocurre cuando, (es cierto), realmente conseguimos renacer de esta forma plena, cuando salimos de ese proceso lleno de virtudes, “psicológicamente” completos? Qué ocurre cuando volvemos de una “forma diferente” al mismo entorno incompleto del que salimos? Cómo encajar?

Seguramente todos  hemos visto muchas veces alguno de esos edificios recién rehabilitados. A primera vista es como si  distorsionaran la visión del lugar donde se encuentran. Parecen tan “nuevos”, tan “diferentes”, en un entorno tan “antiguo”, que hacen que los edificios de su alrededor parezcan aún peores, más viejos, más deteriorados…

Pero, la realidad es que resulta imposible rehabilitar TODOS los edificios de las ciudades!!!

Qué hacemos…?


martes, 13 de agosto de 2013

Prólogo

Quizás ahora más que nunca, recuerdo esas mañanas de domingo en casa sentados junto a una mesa plagada de periódicos y semanales…Recuerdo cómo me preguntaba si realmente mi padre sería capaz de leerlos todos, o si quizás tenía una extraña y desconocida capacidad de ojearlos y quedarse con aquello verdaderamente interesante por muy minúsculas que fueran sus palabras… Cómo imaginar entonces la profunda influencia que esas escenas cotidianas acabarían dejando en mí…ahora más que nunca lo sé..

No puedo negar que cada día distingo mejor el reflejo de mi padre, de sus momentos, de sus costumbres… Para mí también se ha convertido en una auténtica pasión (y no soy una persona destacadamente pasional), leer cada domingo varios semanarios, recrearme en sus maravillosos artículos de opinión y esperar a que generen en mi la buscada reflexión que me alienta a desear convertirlos en lecciones de todo…Gracias, gracias desde el corazón a quienes, desde el talento y la constancia, llevan despertando las ganas por escribir a tantos lectores anónimos, por transmitirnos las ganas por no dejar nunca de leer apasionadamente los maravillosos artículos que nos regalan cada fin de semana…

Es en este camino de aprendizaje que decidí recorrer hace ya algún tiempo, donde me gusta detener de vez en cuando mis pensamientos y, desde el recuerdo, mirar el pasado.. Me encanta buscar entre la variedad de imágenes que me vienen…Volver a imaginar esas escenas en las que ya mostraba mi pasión, más que por escribir historias, por la expresión escrita y la transcripción de los pensamientos; y sobre todo, por la recreación de los sentimientos como parte fundamental del conocimiento y por tanto, pieza fundamental de todo crecimiento interior…

Tal vez sea esto lo que realmente me apasiona de la escritura, me encanta ponerme delante de un papel y llenarlo de mis pensamientos, de mis reflexiones…me encanta vestir de palabras lo que pienso, lo que siento… llegar a enriquecer mis inquietudes a través de la transcripción de las mismas… Quizás porque imagino que en algún momento puedan ser compartidas, o quizás, simplemente porque con ello consigo ahondar aún más en el enigmático mundo interior…

Y como siempre prefiero cada vez que escribo, sigo sintiendo predilección por reservar y dedicar el lugar privilegiado de las últimas palabras a aquello que considero que más lo merece, a lo más especial para mí y que verdaderamente motiva todas y cada una de mis palabras… Desde la admiración más absoluta quiero recordar a quien me ha hecho “ver” que la vida es como una escalera… Una escalera que a veces recorres con asombrosa facilidad y otras veces parece estar formada por imposibles peldaños… De ambas maneras, en definitiva, una escalera por la que poder llegar siempre a esos lugares donde desear estar, donde poder conocer y reconocer la vida, tu vida….Una escalera siempre Azul para mi…