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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Luz de agosto..

Es esta novela la que distrae últimamente mis anocheceres… y sí, lo reconozco, no he podido esperar a su fin para hablar de ella, de cuánto y de qué sorprendente manera me está fascinando…!!

Lo más increíble, que esta vez y como algo poco habitual, no es la tremenda historia que narra de una vida azotada y desgarradora la que me tiene absorta en su lectura, sino que es la genialidad con la que el autor (hasta ahora desconocido para mi) expone esa historia, lo que me tiene profundamente cautivada…

Cada página la novela se va volviendo más densa, más oscura.., llegaría incluso a pensar que se va tornando a ratos incomprensible para mí…Pero esto carece de importancia, basta con recrearse en la riqueza de sus palabras, en la elegancia de su narrativa para disfrutar de un momento de lectura verdaderamente apasionante… Me fascina la inquietud y admiración que consigue generar en el lector. No me había ocurrido nunca antes. Su lectura me está haciendo disfrutar de la misma forma que se disfruta de un paseo por las salas de Velázquez, donde realmente el “motivo” de sus pinturas se traduce lo más irrelevante, donde lo que nos detiene indiscutiblemente ante ellas es el magnánimo dominio de la técnica como origen de expresión artística…

Supongo que ocurre como en la mayoría de las obras respetables, las cuales consiguen destacarse precisamente a través de remover de una u otra forma la sensibilidad del individuo. Algunas por definirse desde la completa y más absoluta subjetividad y otras, como entiendo en este caso, por la forma en que utilizan el lenguaje (técnica) para narrar sus  historias…

Sirvan estas palabras para expresar mi firme admiración ante los que permiten convertir su genialidad en nuestros momentos de placer…