Es esta novela la que distrae
últimamente mis anocheceres… y sí, lo reconozco, no he podido esperar a su fin
para hablar de ella, de cuánto y de qué sorprendente manera me está
fascinando…!!
Lo más increíble, que esta vez y
como algo poco habitual, no es la tremenda historia que narra de una vida azotada
y desgarradora la que me tiene absorta en su lectura, sino que es la
genialidad con la que el autor (hasta ahora desconocido para mi) expone esa
historia, lo que me tiene profundamente cautivada…
Cada página la novela se va
volviendo más densa, más oscura.., llegaría incluso a pensar que se va tornando
a ratos incomprensible para mí…Pero esto carece de importancia, basta con
recrearse en la riqueza de sus palabras, en la elegancia de su narrativa para disfrutar de un momento de lectura
verdaderamente apasionante… Me fascina la inquietud y admiración que consigue
generar en el lector. No me había ocurrido nunca antes. Su lectura me está
haciendo disfrutar de la misma forma que se disfruta de un paseo por las salas
de Velázquez, donde realmente el “motivo” de sus pinturas se
traduce lo más irrelevante, donde lo que nos detiene indiscutiblemente ante ellas es el magnánimo dominio de la técnica como origen de
expresión artística…
Supongo que ocurre como en la mayoría de las obras respetables, las cuales consiguen destacarse precisamente a través de remover de una u otra forma la sensibilidad del individuo. Algunas por definirse desde la completa y más absoluta subjetividad y otras, como entiendo en este caso, por la forma en que utilizan el lenguaje (técnica) para narrar sus historias…
Sirvan estas palabras para
expresar mi firme admiración ante los que permiten convertir su genialidad en
nuestros momentos de placer…
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