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viernes, 15 de mayo de 2015

Sin duda.


El miércoles tuve la fortuna de vivir uno de los días más especiales de mi vida, sin duda.

A veces no nos damos cuenta de hasta que punto la mayor o menor generosidad en nuestro comportamiento o el adoptar una actitud dulce y bondadosa en relación a los demás, nos puede condicionar nuestra propia felicidad y la concepción que tenemos de nosotros mismos.

Nunca hubiera imaginado llegar a recibir las indescriptibles muestras de inmenso cariño que estos días me habéis regalado. Nunca sabré cómo agradeceros haber transformado ese día tan especial para mi, en un día mágico, rebosante de emociones, de inolvidables sorpresas, de infinitas risas. Os adoro. Sabéis que os quiero muchísimo. Que me bastan vuestras sonrisas para sentirme feliz. Que me emocionan vuestras palabras. Que siento la generosidad con la que agradecéis mi compañía e incluso mis pesados consejos.

Ya han pasado algunos días, y a pesar de ello, aún no he logrado asimilar el amor y la amistad tan sincera que me habéis demostrado.

Nunca imaginé recibir algún día tan valioso regalo. De esos que no se podrían comprar jamás, porque tienen un valor infinito. De los que se guardan en el corazón y permanecen para siempre alimentando nuestros recuerdos. De los que nos reconfortan cuando nos sentimos olvidados y nos animan a ver la vida de brillantes colores.

Este ha sido mi cumpleaños más especial, sin duda.


 
(A Gema y a Desi, a las que adoro!)




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