Curiosamente hace unos días,
alguien muy especial para mí me comentó…”..vaya,
te estás convirtiendo en una Mujer del Renacimiento…”. Y aunque a priori estas palabras tal vez no parezcan el mejor “regalo” que se podría hacer a los oídos de cualquier
mujer, se convirtieron en unas de las más hermosas que me han dicho
jamás…
No puedo negar que en el momento
de necesidad creativa y crecimiento personal en el que afortunadamente me
encuentro, poder oír esto, poder mostrarme
y que me vean de esa manera, es una
gran satisfacción para mí.
Siempre nos dicen, no decimos, que
nuestro comportamiento debe de ser coherente con lo que somos, con lo que
pensamos, con lo que sentimos…nuestra vida ha de ir en todo momento hacia el
camino personal que cada uno voluntariamente decide recorrer… Nuestra actitud,
nuestras palabras, nuestras miradas.. deberían ser fácilmente identificables por
la gente que nos rodea, por los que nos conocen y por los que, sobre todo, más
nos quieren…Pero esto no resulta a veces fácil y en demasiadas ocasiones nos
dejamos llevar por circunstancias, por intereses que llegan a confundirnos el
camino…
Tal vez por ello me esfuerzo en
valorar con admiración a aquellas personas que son reconocibles siempre, ante
cualquier realidad, en cualquier escenario de sus vidas, incluso con
independencia del nivel de relación que se tenga con ellas. Esas que no te
hacen sentir nunca una sorprendente decepción por una respuesta no esperada o
un comportamiento inconsecuente..
Me alegra seguir siendo capaz de mostrarme a los demás tal como soy, y
sobre todo, que hayan podido reconocer, a través de mis nuevas inquietudes, a
mi verdadero yo…
(Cristina, bss!)
Si una mujer tiene la capacidad de leer y escribir
bien, automáticamente adquiere un status
único por su condición, no importa si se trata de una dama o de una cortesana
(cfr. Servadio, 2007: 30)
Eres una persona coherente y admirable, logras lo que te propones, yo te admiro y te quiero y estoy muy contenta de que formes parte de mi vida.
ResponderEliminar"Sentí entonces lo mismo que el vigía que observa el firmamento y ve de pronto un nuevo astro; o lo que el gran Cortés, cuando con ojos de águila por primera vez divisó el Pacífico y todos sus soldados entre sí se miraron sin dar crédito a aquello callado, allá en lo alto de un monte del Darién”
ResponderEliminarSigue así, INMA
La mujer en el Renacimiento, la mujer noble, no trabajaba, no tenía opinión y estaba relegada a la voluntad del hombre, no participaba de ninguna decisión política. Por su parte la mujer del agricultor ayudaba en las tareas del campo a la par del hombre. Las mujeres que no eran nobles podían desarrollar las siguientes tareas, higiene, limpieza y aseo, cocina, preparaban la comida, pero no hacían las compras, cuidado de enfermos y crianza de los hijos. No podían salir de éstas tareas, hasta en el teatro los personajes femeninos eran echos por hombres disfrazados de mujeres.Para la Iglesia la mujer no existía nada más que para hacer feliz al esposo y criar sus hijos.
ResponderEliminarPor otra parte, la mujer encarnaba la pureza, la honestidad y la buena voluntad. Cualidades estas, propias de la encarnación de la Virgen María.
Quiero pensar que en este caso, se te reconoce tu capacidad creativa, tu búsqueda del dominio de todas las artes y todas las ciencias, tu ansia de conocimiento y tu constante necesidad de explicación de todo lo que te rodea. Esto último sin llegar a ser conpulsivo, ok??
Un besazo fuerte!!!
“Renacimiento, VOLVER A NACER, el hombre se reivindica como parte del cosmos, como otro elemento tan importante como la naturaleza. Deja de ser un instrumento oculto bajo el manto del Dios medieval, enorme, sólido y oscuro. Él también razona; como un dios, decide, crea, destruye, reconstruye, elabora leyes, profundiza en los principios de la vida y las transforma. Todo es posible, entonces. Y esto se refleja instantáneamente en el arte, como manifestación palpable del hombre en su esencia y del momento histórico.
ResponderEliminarDurante la Edad Media el arte es un medio para honrar a Dios. En el Renacimiento el centro del mundo es el hombre, los poetas cantan al amor humano, la naturaleza, los hechos guerreros, y también tratan temas filosóficos y políticos
Periodo tan maravilloso de renacimiento espiritual e intelectual que puso fin a miles de años de reinado de la ignorancia y la superstición. La humanidad miraba de nuevo a la naturaleza sin que la sombra del dogma cegara sus ojos.”